Teletrabajo y productividad: ¿Está el Perú listo para aprovechar su potencial?

Hasta principios del año 2020, el teletrabajo era una modalidad reservada para nichos específicos del mercado laboral. La pandemia redefinió por completo esa realidad: en pocos días, el país pasó de un esquema tradicional de jornada laboral presencial a la adopción masiva del trabajo remoto. Sin embargo, aunque este modelo se expandió y sigue vigente en formatos híbridos y totalmente remotos, surge una pregunta clave: ¿el teletrabajo, tal como se implementa en el Perú, realmente impulsa la productividad?

Transformación digital como convicción

El mundo empresarial proyecta su necesidad de talento digitalizado, procesos automatizados y esquemas laborales flexibles para seguir creciendo. Según una encuesta de Microsoft Perú, el 73% de pymes ha sustituido el perfil del empleado tradicional por uno con mayores habilidades tecnológicas, y el 75% logró contratar talento más óptimo gracias al uso de plataformas digitales.

Por el lado de las grandes empresas, un estudio de Inesdi Business Techschool en el Perú revela que el 75% han iniciado su proceso de transformación digital. No obstante, el nivel de organizaciones que han dado el salto hacia un enfoque estratégico o disruptivo es mínimo. De las firmas encuestadas, si bien el 97% de empresas considera que la Inteligencia Artificial es clave, solo el 56% ha avanzado en su despliegue. Estos desfases revelan que, aunque la intención está presente, el viaje hacia una verdadera transformación digital aún enfrenta barreras importantes.

El gran reto: teletrabajo como disparador de la productividad

El teletrabajo no garantiza mayor productividad por sí solo. Su impacto positivo solo se logra cuando se implementa con las condiciones adecuadas: conectividad estable, acceso a tecnología, metodologías de gestión eficientes y trabajadores preparados digitalmente. En ausencia de estos factores, el teletrabajo puede incluso convertirse en una barrera para la eficiencia laboral.

En este contexto, el acceso a internet sigue siendo un desafío en el país según la ENAHO 2023. Mientras en Lima y Callao el 93% de la población está conectada, en regiones como Loreto (60%), Amazonas (64%) y Cajamarca (62,3%) la situación es completamente distinta. Si los trabajadores no tienen una conexión estable, su rendimiento no mejora, sino que se ve perjudicado.

Pero la brecha no es solo geográfica, sino también económica. Mientras el 94% de las personas en el quintil más rico acceden frecuentemente a internet, solo el 53.8% en el quintil más bajo lo hace. Esto evidencia que la transformación digital no avanza de manera equitativa y que, sin políticas adecuadas, en lugar de generar más oportunidades, el teletrabajo puede profundizar la desigualdad laboral.

A esto se suma una barrera generacional (ENAHO 2023): entre los jóvenes de 14 a 24 años, el 94% usa internet, pero entre los trabajadores de 51 a 64 años, solo el 67% lo hace, y en los mayores de 65 años, la cifra cae al 34%. Esto limita la expansión del teletrabajo como una opción viable para todos.

Más allá de la conectividad, la formación en habilidades digitales es otro factor determinante para la productividad en esquemas de teletrabajo.Parte del proceso del cierre de brechas digitales, está el uso adecuado del internet para la generación de conocimientos.

Capacidad de penetración del internet y capacidad de uso

Aunque la penetración de internet en el Perú ha experimentado un notable incremento en los últimos años, alcanzando al 74% de la población de 12 años a más, según la Encuesta Residencial de Servicios de Telecomunicaciones (2022) del OSIPTEL, este avance no se traduce automáticamente en una ciudadanía digital plenamente funcional.

La capacidad de los individuos para realizar transacciones en línea y gestionar trámites digitales depende en gran medida de sus habilidades digitales. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 60% de los peruanos de entre 16 y 65 años carecen de competencias en comprensión lectora, matemáticas y resolución de problemas en entornos tecnológicos.

Esta carencia limita su capacidad para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el entorno digital. El uso que los peruanos hacen de internet refleja estas limitaciones. Mientras que actividades como la comunicación (92,8%) y el entretenimiento (89,3%) son predominantes, sólo el 46% de la población realiza compras en línea.

En esa misma línea, la adopción de servicios más complejos, como la gestión de trámites gubernamentales en línea, sigue siendo limitada. Esto evidencia que, aunque el acceso a internet es amplio, la falta de habilidades digitales suficientes impide que una parte significativa de la población utilice de manera efectiva las herramientas disponibles para mejorar su calidad de vida en el ámbito digital .

Avance de la transformación digital empresarial

Aunque la transformación digital avanza, muchas empresas enfrentan dificultades para encontrar profesionales capacitados. A decir de un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo, tres de cada cuatro empresas (75%) tuvieron problemas para cubrir vacantes en áreas de TI en los últimos 12 meses.

Este déficit de talento afecta la competitividad del país y limita la capacidad de crecimiento de los sectores clave. Si el Perú quiere consolidar el teletrabajo como una alternativa viable y productiva, es urgente fortalecer la capacitación en competencias digitales. Actualmente, solo el 25% de la población peruana tiene habilidades informáticas avanzadas, una cifra considerablemente menor en comparación con los países de la OCDE.

Teletrabajo: una herramienta de productividad con tareas pendientes

El teletrabajo ha demostrado su potencial para mejorar la productividad en distintos sectores. En septiembre de 2021 (datos del MTPE), había 248.000 teletrabajadores en el Perú, un salto gigantesco desde los apenas 5.000 registrados en marzo de 2020. Sin embargo, estos datos provienen de la planilla electrónica de empresas formales, dejando fuera a miles de trabajadores informales que también operan de manera remota.

El éxito del teletrabajo no radica en su mera implementación, sino en cómo se implementa. Si se hace de manera desordenada, sin acceder a tecnología ni estrategias claras de gestión, puede reducir la productividad. Pero si se acompaña de infraestructura digital sólida, acceso a conectividad y capacitación, puede ser un verdadero motor de crecimiento.

El Perú se encuentra en un punto clave de su transformación digital. Hay avances, pero también brechas profundas. Más que un debate sobre si el teletrabajo es positivo o negativo para la productividad, el verdadero reto es garantizar que las empresas y los trabajadores cuenten con las condiciones necesarias para aprovechar sus beneficios. El teletrabajo, por sí solo, no hace que los trabajadores sean más productivos. Sin embargo, cuando se implementa con los recursos adecuados, se convierte en una herramienta poderosa para mejorar el rendimiento y la competitividad.

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